En una sesión de Sanación Reconectiva el cliente se tiende en una camilla (sin necesidad de desvestirse, puesto que en ningún momento se le toca físicamente). Una vez cómodo se le pide que cierre los ojos y se centre en lo que va sintiendo o en las imágenes que le pueden llegar.
Normalmente la persona se relaja bastante o, incluso, se puede quedar dormida. Durante ese tiempo, que aproximadamente suele ser de media hora, el terapeuta moverá sus manos por encima del cuerpo del cliente distanciándose más o menos en función de las sensaciones que vaya percibiendo.
A menudo se pueden notar movimientos involuntarios en la musculatura, estos son los registros y es totalmente normal en una sesión de Sanación Reconectiva; cambios en la temperatura corporal como si de repente corrientes de aire nos atravesaran; e, incluso, la sensación de que alguien nos está tocando. Se recomienda hacer tres sesiones, aunque algunas personas han necesitado sólo una. Lo aconsejable es esperar un periodo de tres a cuatro meses, si el cliente quisiera volver a hacerlas ya que la sanación sigue actuando durante todo ese periodo y no sólo en el momento en el que se realiza.
La Sanación Reconectiva puede efectuarse a distancia sin ningún problema siendo igual de efectiva que la realizada in situ. No hay que olvidar en ningún momento que esta técnica NO es sustitutiva de la visita a su médico alopático, psicólogo, psiquiatra o de su medicación. Si usted tiene un problema de salud debe acudir a su médico.